Hubo una época en donde se decía mucho que para escribir debías tener un esquema detallado, lleno de puntos, sub partes y construcciones, para trabajar a partir de ahí; yo veo en eso una opción para quien lo vea necesario, pero no una regla inmutable.
El libro en sí es algo vivo y puede que sufra modificaciones, así que ¿Para qué perder tremendas cantidades de tiempo armando y proyectado un escenario? Eso está bien para una tesis, pero un libro es un trabajo más visceral, y por ende debe desarrollase de forma orgánica; deja que nazca, crezca y se vuelva lo que es, contigo a su lado para cuidar que lo haga de forma apropiada, pero no limites su desarrollo. Lo necesita.
Crear un esquema base es poner barras de apoyo, no rejas.
Piensa que es un viaje en tren; tú vas desde la estación de partida a la de llegada, pero en el trayecto hay estaciones y debes pasar por ellas. Si estas estaciones son interesantes, el viaje será mucho mejor.
La lista es corta: inicio, desarrollo, final, personajes, y punto de quiebre.
Un lector te puede perdonar un mal inicio, incluso un mal intermedio, pero un mal final no; por eso es importante saber cuál es tu estación de llegada; con eso en mente no puedes perderte.
El desarrollo es casi todo el cuerpo; allí tus personajes se volverán amados u odiados, y la historia se volverá sólida.
Tus personajes tienen que estar bien pensados desde un inicio, para que no sean objetos.
El punto de quiebre es esa situación que, bien rompe la historia, o es el punto más alto de la misma; ahí es donde todo lo que has hecho va a llegar a su punto cúlmine y determinar el desenlace.
Con esto claro en tu mente, ya puedes asegurar que tu proyecto podrá desarrollarse; sabes desde y hacia qué punto vas, y tienes las armas necesarias para hacer este viaje sin morir en el intento.
Si llegados a este punto ya sientes que puedes comenzar, hazlo y que nadie te detenga; si aún no sientes la seguridad, entonces presta atención a los siguientes capítulos.
Ah, y una cosa más antes de terminar con esta parte; si sientes que debes cambiar algo del tono, el tema, el género o el título, este es el momento preciso de hacerlo.
Nos encontramos en el siguiente capítulo: Los personajes
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